El
primer diseñador de modas, que no era simplemente un modisto, fue
Charles
Frederick Worth (1826-1895). Antes de que estableciera su maison
couture
(casa de modas) en París,
el diseño y creación de ropa era manejado por un gran número de
modistas anónimas, y la alta moda estaba basada en los estilos
usados en cortes reales. El éxito de Worth fue tal, que pudo ordenar
a sus clientes lo que debían usar, en lugar de seguir su dirección
como los modistos solían hacer. El término couturier
(costurero) fue, de hecho, acuñado para referirse a él. Fue durante
este período que muchas casas de modas comenzaron a contratar
artistas para bosquejar
o pintar diseños de prendas. Las imágenes por sí mismas podían
ser presentadas a los clientes de forma mucho más económica que
produciendo una prenda de muestra en el taller de trabajo. Si al
cliente le gustaba la prenda, ésta era ordenada y pagada. Por lo
tanto, la tradición de bocetos de prendas comenzó como un método
de las casas de modas para economizar.
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